viernes, 30 de mayo de 2025

COMPENDIO DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA 6


 7. ¿Cuáles son las primeras etapas de la Revelación de Dios? 

Desde el principio, Dios se manifiesta a Adán y Eva, nuestros primeros padres, y les invita a

una íntima comunión con Él. Después de la caída, Dios no interrumpe su revelación, y les

promete la salvación para toda su descendencia. Después del diluvio, establece con Noé

una alianza que abraza a todos los seres vivientes.

8. ¿Cuáles son las sucesivas etapas de la Revelación de Dios? 

Dios escogió a Abram llamándolo a abandonar su tierra para hacer de él “el padre de una

multitud de naciones” (Gn 17, 5), y prometiéndole bendecir en él a “todas las naciones de

la tierra” (Gn 12,3). Los descendientes de Abraham serán los depositarios de las promesas

divinas hechas a los patriarcas. Dios forma a Israel como su pueblo elegido, salvándolo de

la esclavitud de Egipto, establece con él la Alianza del Sinaí, y le da su Ley por medio de

Moisés. Los Profetas anuncian una radical redención del pueblo y una salvación que

abrazará a todas las naciones en una Alianza nueva y eterna. Del pueblo de Israel, de la

estirpe del rey David, nacerá el Mesías: Jesús.

sábado, 24 de mayo de 2025

RADIO VATICANO Señal de intervalo



Señal de intervalo de Radio Vaticano en 9705 Khz Captada en Calatayud el 2 de mayo de 2025 desde Calatayud (NE de España)

 

jueves, 1 de mayo de 2025

Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. 5


                                                          CAPÍTULO SEGUNDO

                                     DIOS VIENE AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

                                                  LA REVELACIÓN DE DIOS

6. ¿Qué revela Dios al hombre? 


Dios, en su bondad y sabiduría, se revela al hombre. Por medio de acontecimientos y 

palabras, se revela a sí mismo y el designio de benevolencia que él mismo ha

preestablecido desde la eternidad en Cristo en favor de los hombres. Este designio consiste

en hacer partícipes de la vida divina a todos los hombres, mediante la gracia del Espíritu

Santo, para hacer de ellos hijos adoptivos en su Hijo Unigénito.