domingo, 2 de diciembre de 2018

María del Sagrado Corazón Bernaud BILLETES CELADORES XVIII



17
El alma obediente como
 el Sagrado Corazón

¡Se hizo obediente hasta la muerte de Cruz...!

NO solamente obedeció Jesús a Dios su Padre, a la Virgen María y a San José, sino que quiso obedecer hasta a sus mismos verdugos... y ¿quién podrá decir la humildad y el amor con que se sometía a todos? Como este Divino Corazón conocía la repugnancia de nuestra naturaleza caída había de tener en someterse y dejar la voluntad propia para hacer la de los demás, quiso darnos Él mismo ejemplo, para animarnos más y más a seguirlo.

A fin de consolar a este Padre bendito en el dolor que le causa la rebeldía de muchos de sus hijos, sométete con gusto, y si puedes, con amor a los que la Providencia haya puesto sobre tí, aunque sean enemigos... En ellos amarás al que murió de amor por ti.

jueves, 1 de noviembre de 2018

María del Sagrado Corazón Bernaud, VSM BILLETES CELADORES XVII


16
  El alma consolada por el Sagrado Corazón

  ¡Venid a Mí todos!

Es el Corazón de Jesús quien nos llama a todos... ¡Y a ti particularmente; a ti que estás cansado, probado...! Él te quiere consolar... Si llega a ti el cáliz del dolor... no te desalientes... ¡Acuérdate de Jesús! Oye su voz que te dice: Ven a Mi... ¿y quien mejor que Él para curar tus llagas y dolores?
Los que sufren buscan a los que padecen como ellos. Cree que el Corazón de Jesús, herido por los pecadores, sabrá comprender, como nadie, a tu pobre corazón con todas sus amarguras.

lunes, 1 de octubre de 2018

María del Sagrado Corazón Bernaud, VSM. BILLETES CELADORES XVI

   15

  El alma perseguida, unida al Sagrado Corazón

 ¡El discípulo no es más que el maestro!
No puede haber término medio; si quieres servir a Jesús, el mundo te aborrecerá y perseguirá, porque es el enemigo declarado y el gran perseguidor del divino maestro.
Pero sufrir con Jesús y por Jesús... ¡es de antemano el Paraíso! No retrocedas ante una palabra, un desprecio, una sonrisa, sino que, sobreponiéndote a todo respeto humano, aparece ante los demás como verdadero discípulo de un Dios pobre, humillado y paciente por tu amor.
Si le confiesas valientemente ante los hombres, Él mismo ha dicho que un día te confesará ante Dios y sus ángeles.

sábado, 15 de septiembre de 2018

SAÚL, DAVID Y SALOMÓN Sinopsis biblica IV

SALOMÓN

Salomón, rey de Israel
(1º Libro de los Reyes, capítulos 3 al 11 )
Todos los que conspiraban contra David han desaparecido. Salomón queda consolidado como rey de todo Israel.
Salomón tomó por esposa a la hija del Faraón, llevándola consigo a la ciudadela de David en el monte Sión, donde permaneció en tanto se construía su propia casa, el templo del Señor y la muralla. Como no existía templo para el Señor, el pueblo ofrecía sacrificios en los altos. Salomón amaba al Señor y caminaba según sus preceptos pero también ofrecía sacrificios. En Gabaón, el alto principal ofreció mil holocaustos.
La Sabiduría de Salomón
Precisamente en Gabaón, el Señor habla en sueños a Salomón. Le dice que pida lo que desee. Salomón le responde recordando al Señor como ha amado a su siervo David que siempre ando con fidelidad, justicia y rectitud de corazón ante el Señor. Es por este amor que el Señor le ha concedido que un hijo suyo –Salomón- se siente hoy en su trono.
Salomón pasa a decirle que él se ve como un niño que no sabe discernir para juzgar y gobernar al pueblo. Le pide, en consecuencia, un corazón sabio que sepa discernir para juzgar y gobernar sabiamente a Israel. El Señor le comunica su agrado en que no haya pensado solo en él y pidiese riquezas y gloria. Como premio, además de lo que ha pedido, le añadirá riquezas y gloria.
El juicio de Salomón
El episodio que se expone a continuación hará patente ante todo Israel la sabiduría de Salomón. Acuden a Salomón dos prostitutas que vivían juntas. Las dos dieron a luz, un hijo cada una. En la noche el hijo de una muere, la madre al desvelarse lo descubre muerto y lo cambia por el niño de la otra mujer que permanece dormida. Al despertar la mujer haya al bebé muerto pero se da cuenta de que no es el suyo. Surge el pleito entre ellas por el niño vivo.
Ambas acuden a Salomón; este ante su insistencia pide traer una espada para dividir al niño vivo en dos y dar una mitad a cada una. Entonces una de las mujeres le pide que no lo mate y se lo dé a la otra. Queda patente que sólo de la verdadera madre puede salir algo así. El niño, consecuentemente, fue restituido a su verdadera madre.
La sabiduría de Salomón quedo así patente ante todo el pueblo.
Construcción del templo
En el reinado de Salomón Israel gozó de paz. Salomón gozo de todo lo que le prometió el Señor: Sabiduría y riquezas. Pronunció 3000 proverbios y conocía sobre plantas y animales. Durante su reinado las riquezas afluían constantemente a Israel.
Salomón decidió construir una casa al Señor, para ello pidió ayuda a Irám rey de Tiro. Este le proveyó de cedro y le envió a Jirán de Tiro, hijo de una viuda de la tribu de Naftalí cuyo marido era de Tiro. Este artesano labro todas las partes de bronce. Siete años duró la construcción del templo y trece su completa finalización. El arca de la alianza, la tienda del encuentro y otros tesoros fueron depositados allí.
En el momento de su consagración la nube signo de la gloria del Señor cubrió el templo.
Salomón proclamó que la promesa hecha a David de que un hijo suyo edificaría una casa quedaba cumplida. Pide al Señor que escuche en este lugar las plegarias y las súplicas de los Israelitas. Hubo siete días de fiesta. El Señor habló por segunda vez en sueños a Salomón: "He escuchado tu plegaria y he santificado esa casa. Mis ojos y mi corazón estarán en ella. Si andas en mi presencia con rectitud, afirmaré tu realeza; pero si sirves a otros dioses seréis expulsados de esta tierra quedando como proverbio y escarnio ante todas las naciones.
La visita de la reina de Sabá
La reina de Sabá tuvo noticia de la fama de Salomón y fue ella misma a comprobarlo. Llegó a Jerusalén con un gran número de camellos cargados de riquezas. Propuso enigmas a Salomón con el fin de probarlo. Salomón los resolvió todos dejando atónita a esta reina.
Fin del reinado de Salomón
Además de la hija del Faraón, Salomón tuvo muchas mujeres extranjeras. Salomón se apegó a ellas por amor. Estas mujeres eran de pueblos con los que el Señor había prohibido el matrimonio precisamente porque al apegarse a estas mujeres tenía el riesgo de ir tras sus ídolos. Salomón terminó adorando a estos dioses. Esto desagradó al Señor que decidió quitar el reino a sus hijos. No se lo quitaría a Salomón en atención a David. También en atención a David dejara una parte: Judá y la ciudad de Jerusalén a la descendencia de David.
El Señor le suscito un adversario: Hadab, un edomita.
Jeroboán se levantara contra Salomón. Recibe una profecía de que tendrá 10 tribus (Exceptuando Judá y Jerusalén) Por él será humillado el linaje de David, pero no para siempre. Salomón buscará la muerte de Jeroboán, quien permanecerá huido hasta la muerte de Salomón.
Salomón reinó 40 años. En su lugar reinará Roboán su hijo; pero ya no sobre las doce tribus tal y como se profetizó.

  APÉNDICE
Resumen de la homilía de S.S el papa Francisco sobre SALOMÓN en la Residencia de Santa Marta el 1 de febrero de 2018
Fuente: www.religionenlibertad.com
Esta homilía sirve para entender la diferencia entre quien peca, y se arrepiente, y quien se instala en la corrupción y el pecado, de forma estable.
El rey David, aunque cometía pecados muy graves, se arrepentía y humillaba ante Dios. En cambio, "el grande y sabio Salomón fue rechazado por el Señor porque se había vuelto corrupto".
Citando el primer Libro de los Reyes, que trata de Salomón y su desobediencia, el Papa comentó: "el corazón de Salomón no permaneció íntegro con el Señor, su Dios, como el corazón de David, su padre". Es extraño porque de Salomón no conocemos que haya cometido grandes pecados. "Era siempre equilibrado, mientras de David sabemos que tuvo una vida difícil, que fue un pecador. Y sin embargo, David es santo y de Salomón se dice que su corazón se había "desviado del Señor". Él que había sido elogiado por el Señor cuando había pedido prudencia para gobernar, en lugar de las riquezas.
¿Cómo se explica esto? Fue así porque David, cuando sabe queha pecado, pide siempre perdón; mientras Salomón, del que todo el mundo hablaba bien y también la Reina de Sabá había querido encontrarse con él, se había alejado del Señor para seguir otros dioses, pero no se había dado cuenta de esto.
El corazón se debilita: cómodo en la corrupción
"Y aquí está el problema del debilitamiento del corazón. Cuando el corazón comienza a debilitarse, no es como una situación de pecado: tú cometes un pecado, y te das cuenta enseguida: "Yo he cometido este pecado", está claro. El debilitamiento del corazón es un camino lento, que resbala poco a poco, poco a poco, poco a poco... Y Salomón, adormecido en su gloria, en su fama, comenzó a recorrer este camino".
Paradójicamente "es mejor la claridad de un pecado, que el debilitamiento del corazón" – afirmó Francisco – porque "el gran Rey Salomón terminó corrupto: tranquilamente corrupto, porque el corazón se le había debilitado". "Y un hombre y una mujer con el corazón débil, o debilitado, es una mujer, un hombre derrotado. Éste es el proceso de tantos cristianos, de tantos de nosotros. "No, yo no cometo grandes pecados". Pero, ¿cómo está tu corazón? ¿Fuerte? ¿Permanece fiel al Señor? ¿O tú resbalas lentamente?".
Vigilar todos los días sobre el propio corazón
El drama del debilitamiento del corazón puede sucedernos a todos nosotros en la vida. ¿Qué hacer entonces? "Vigilancia. Vigilar sobre tu corazón. Vigilar. Todos los días, estar atento a lo que sucede en tu corazón". "David es santo. Era pecador. Un pecador puede llegar a ser santo. Salomón fue rechazado porque era corrupto. Un corrupto no puede convertirse en santo. Y a la corrupción se llega por ese camino del debilitamiento del corazón. Vigilancia. Todos los días vigilar el corazón. ¿Cómo está mi corazón, mi relación con el Señor? Y gustar la belleza y la alegría de la fidelidad".
                                                                                             FIN

sábado, 1 de septiembre de 2018

María del Sagrado Corazón Bernaud, VSM BILLETES CELADORES XV

                                                                                  14

El alma que quiere apagar la sed del Sagrado Corazón

  ¡Tengo Sed!...


Este grito ha salido del Corazón de Jesús. ¿Y de qué tendrá sed su adorable Corazón, siendo el manantial de todos los bienes? ¿De que tendrá sed sino de amor...?

 

Sin duda,este mes,Jesús te pedirá de beber,como a la Samaritana. Que la medida de los buenos deseos de tu corazón sea más generosa que la de esa mujer. Respóndele: ¡Bebe Señor! Si tienes sed de amor, yo haré durante mi hora de guardia muchos actos de amor para darte gusto y apagar esta sed ardiente que abrasa tu divino Corazón...

 

¡Qué consuelo tan grande darás a Jesús ofreciéndole el agua de tu “entrega”...!

domingo, 19 de agosto de 2018

SAUL, DAVID Y SALOMON Sinopsis biblica III

DAVID, rey


Comienzos del reinado
2º Libro de Samuel. Capítulos 2 al 7
David sube a Hebrón. La casa de Judá le acepta como rey y le unge. La casa de Israel, por el contrario, toma a Isbaal, hijo de Saúl, como rey. Este reinará durante dos años sobre Israel. Al morir éste, David será el único rey, durando su reinado unos cuarenta años.
Una de sus primeras acciones será la conquista de Jerusalén. En la fortaleza del monte Sión, dentro de los límites de la ciudad, establecerá su residencia. El siguiente paso será trasladar el arca de la alianza a su nueva residencia. David va tras ella bailando y cantando. Su esposa Mikal -hija de Saúl que David consiguió desposar a cambio de los prepucios de los cien filisteos (1ºSam, 18)- le desprecia al verle bailar ante todo el mundo. David responde que es en honor del Señor que lo hace. Tras esto Mikal quedará estéril.
Durante el traslado Uzza para evitar que cayera, sujeta el arca y muere al tocarla, como consecuencia David toma temor a tener este objeto sagrado en su residencia y lo deja en otro domicilio. Pasado un tiempo ve que este domicilio es bendecido a causa de la presencia del arca y David pierde el temor y traslada el arca a su residencia en el monte Sión. 
Una vez tiene el arca en su residencia, David expone su inquietud al profeta Natán: "Yo habito en un palacio mientras que el arca del Señor reposa bajo una tienda. Deseo, pues construir una casa (templo) para el Señor". Por medio de Natán recibe la respuesta del Señor: "¿Que casa vas a construirme? No es todo obra mía. Yo te saque del pastizal, te he ungido y he afianzado tu reino". El Señor le anuncia que será Él quien le edifique una casa (su descendencia). El Señor consolidará la descendencia de David. "Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono estará firme eternamente. Es decir de la descendencia de David vendrá el Mesías. Los cristianos vemos cumplida esta palabra en Jesucristo, quien proviene del linaje de David.(Mateo, 1)

Bersabé, denuncia de Natán y espíritu humilde de David
2º libro de Samuel, capítulos 11 y 12
Un día David se paseaba por el terrado de su palacio. Desde allí vio a Bersabé, esposa de Urías el hitita -soldado de David que en ese momento se encontraba en el frente de batalla- Esta se estaba bañando. David al verla, se enamoro y termino acostándose con ella, quedando ésta encinta.
David, buscando ocultar lo sucedido, hace regresar a Urías para que éste se acueste con su mujer, pero éste, siguiendo las normas vigentes para tiempos de batalla, no pernoctara en su casa. David, entonces, reenvía a Urías al frente; a la vez envía un mensaje al superior de Urías con la instrucción a su superior que ponga a este en lo más aguerrido de la batalla con el propósito que este fallezca en combate, cosa que al finalsucederá. Finalmente David esposará a Bersabé.
El profeta Natán visita a David y le refiere la siguiente historia: "Había dos hombres. Uno tenía grandes rebaños de ovejas y bueyes, y el otro solo una corderilla que era la alegría de su familia, comiendo de su mesa y durmiendo en su seno como una hija.Vino un visitante donde el hombre rico, y dándole pena tomar de su ganado para dar de comer a su huésped, tomo la ovejita del pobre para dar de comer a éste."
David al oír esto montó en cólera contra ese hombre, diciendo que bien merecía la muerte y que deberá pagar cuatro veces la oveja por no tener compasión.
Natán respondió: "¡Tu eres ese hombre! El Señor te ha constituido rey de Israel, te he librado de las manos de Saúl y he puesto en tu seno a sus mujeres y aún pienso añadirte más cosas. Has obrado mal tomando por mujer a Bersabé, buscando la muerte por espada de Urías el hitita. Has obrado en lo oculto buscando la impunidad". El Señor por boca de Natán le anuncia las consecuencias de su pecado: "Por la espada buscaste la muerte de Urías; la espada nunca se apartará de tu casa;  De tu propia familia se alzaran contra ti; Otro se acostará con tus mujeres; como tú lo hiciste a escondidas, éste lo hará a la luz del día y con conocimiento general."
David respondió:" ¡He pecado contra el Señor! Merezco la muerte."
Natán respondió: "¡El Señor perdona tu pecado! No morirás. Pero por haber ultrajado al Señor el hijo que te ha nacido morirá sin remedio."
En una palabra El Señor perdono a David que continúo siendo rey de Israel y manteniendo la promesa que de él nacería el Mesías, pero no las consecuencias de su pecado que son las descritas. Efectivamente el niño enfermo. David hizo una rígida penitencia esperando misericordia por parte del Señor. Al morir el niño David volvió a comer y beber. Los cortesanos no entendían este proceder. La respuesta de David fue que antes de la muerte del niño aun podía esperar que el Señor se apiadase, una ver muerto ya no tenía sentido hacer más duelo. El resto de consecuencias, como se verá, se irán manifestando en lo sucesivo.
Este episodio nos ayuda a comprender el sentido de "Un hombre según mi corazón". David era también un gran pecador, pero cuando el Señor le hace patente su pecado y sus consecuencias, en vez de buscar justificarse, reconoce valientemente su pecado y asume las consecuencias. Pide al Señor que le ayude a superar su pecado. En este contexto compondrá el salmo 50 también conocido como "Miserere"
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Absalón
2º libro de Samuel, capítulo 13 al 18
Absalón y Tamar son hijos de David. Amón es otro hijo de David pero de distinta madre. Amón se enamora de Tamar. Consigue de su padre David que Tamar sea su asistenta. Estando ella en sus tareas, Amón la fuerza a acostarse con él. Tras esto la aborrece.
David se irrita por lo sucedido, pero como Amón es su primogénito no le castigará. Absalón tomará venganza contra Amón por su hermana acabando con su vida. Esto le obligará a exiliarse por un tiempo. Luego regresará
Absalón busca ganarse a los Israelitas. Lo hace poniéndose a la puerta de la ciudad al acecho de quienes van a buscar el juicio real. Absalón se interesa por sus asuntos y les convence que por él serían mejor atendidos. Poco a poco va ganándose los corazones de los Israelitas. Finalmente, bajo el pretexto de ir a ofrecer un sacrificio al Señor, en Hebrón, se muestra como rey.
David se ve forzado a huir. En un primer momento quiere llevarse el arca pero finalmente desiste. Piensa que si cuenta con el favor del Señor, ciertamente volverá a ver el arca. Y si no que se haga su voluntad. Deja confidentes para que le tengan al tanto. También dejará concubinas guardando la casa. Absalón se acostara con ellas, cumpliéndose así lo dicho por Natán. 
Al llegar por Bajurim, un hombre del mismo clan que el de Saúl, el benjaminita Semeí, hijo de Guerá, le iba maldiciendo mientras pasaba, diciéndole que era un sanguinario y que las desgracias que le sucedían eran por la sangre de Saúl. David le tolera. Ve lógico que si su propio hijo le persigue, cuanto más un benjaminita...Cree que el soportar esas maldiciones le traerán bienes. Finalmente los dos adversarios van a la lucha. Desobedeciendo los deseos de David matan a Absalón tras atraparlo. David le llorará amargamente. Finalmente vuelve a ser reconocido como rey por todos.
Levantamiento de Seba
2º libro de Samuel, capítulo 20
Aunque David volvió a ser hasta su muerte el rey de Israel y Judá, no por ello faltaran levantamientos contra él. Seba, hijo de Bikrí y benjaminita, puso a los Israelitas contra David. Solo Judá quedó de parte del rey. David viendo en Seba una amenaza mayor que la de Absalón, protegió a sus concubinas e hizo a sus hombres perseguirlo. Éstos consiguieron cercar a Seba en ABEL BET MAAKÁ. La idea era tomar la ciudad provocando con ello una matanza general, pero la prudencia de una mujer hizo que a cambio de la cabeza de Seba la ciudad fuese respetada.
Hambruna a causa de Saúl y los Gabaonitas
2º libro de Samuel, capítulo 21
Hubo una hambruna de tres años en Israel. David consultó al Señor el motivo. La respuesta del Señor fue que era a causa de los Gabaonitas. Éstos eran un residuo de los Amorreos, pueblo que pobló el territorio que ahora era Israelita, pero que pervivía por el juramento que les hicieron los Israelitas (Josué, capítulo 9) Saúl no respetó este juramento y busco su exterminio.
David preguntó a las Gabaonitas como se podría aplacar este castigo. Ellos respondieron que no había nada contra Israel, con quien querían seguir viviendo en paz, pero sí contra Saúl. Con despeñar a siete de los hijos de Saúl en el monte del Señor, y ante él, en Gabaón, el castigo quedaría conjurado. Así se procedió y así desapareció el castigo. David recogió los huesos de estos siete hijos y junto con los de Saúl y Jonathan los enterró en territorio benjaminita. Aparte de sus enemigos internos, David también tuvo que librar varios enfrentamientos con los Filisteos de los cuales salió victorioso.
Últimos días se David
2º libro de Samuel, capítulos 22 y 23
David se encuentra en la etapa final de su vida. Ha experimentado como el Señor le ha librado de sus enemigos y también como de una humilde posición le ha hecho cabeza de Israel. Tiene además la promesa de que su linaje será eterno (Con Jesucristo culmina su linaje). En el pasaje bíblico que ahora comentamos se citan los 37 valientes que acompañaron a David en sus batallas. Entre ellos se cita a Urías.
Como agradecimiento compondrá el Salmo 18:
Salmo 18
"Del maestro de coro. Del siervo del Señor, David, que dirigió al Señor las palabras de este cántico el día en que el Señor le libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl.

Dijo: Yo te amo, Señor, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salvado).
Señor, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio.
Invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.
Las olas de la muerte me envolvían, me espantaban las trombas de Belial, los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la Muerte.
Clamé al Señor en mi angustia, a mi Dios invoqué; y escuchó mi voz desde su Templo, resonó mi llamada en sus oídos.
La tierra fue sacudida y vaciló, retemblaron las bases de los montes, (vacilaron bajo su furor);
una humareda subió de sus narices, y de su boca un fuego que abrasaba, (de él salían carbones encendidos).
El inclinó los cielos y bajó, un espeso nublado debajo de sus pies;
cabalgó sobre un querube, emprendió el vuelo, sobre las alas de los vientos planeó.
Se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las aguas, espesos nubarrones;
del fulgor que le precedía se encendieron granizo y ascuas de fuego.
Tronó el Señor en los cielos, lanzó el Altísimo su voz;
arrojó saetas, y los puso en fuga, rayos fulminó y sembró derrota.
El fondo del mar quedó a la vista, los cimientos del orbe aparecieron, 
ante tu imprecación, Señor, al resollar el aliento en tus narices.
El extiende su mano de lo alto para asirme, para sacarme de las profundas aguas;
me libera de un enemigo poderoso, de mis adversarios más fuertes que yo.
Me aguardaban el día de mi ruina, más el Señor fue un apoyo para mí;
me sacó a espacio abierto, me salvó porque me amaba.
Yahveh me recompensa conforme a mi justicia, me paga conforme a la pureza de mis manos;
porque he guardado los caminos del Señor, y no he hecho el mal lejos de mi Dios.
Porque tengo ante mí todos sus juicios, y sus preceptos no aparto de mi lado;
he sido ante él irreprochable, y de incurrir en culpa me he guardado.
Y el Señor me devuelve según mi justicia, según la pureza de mis manos que tiene ante sus ojos.
Con el piadoso eres piadoso, intachable con el hombre sin tacha;
con el puro eres puro, con el ladino, sagaz;
tú que salvas al pueblo humilde, y abates los ojos altaneros.
 Tú eres, Señor, mi lámpara, mi Dios que alumbra mis tinieblas con tu ayuda las hordas acometo, con mi Dios escalo la muralla.
Dios es perfecto en sus caminos, la palabra del Señor acrisolada.
 El es el escudo de cuantos a él se acogen.
Pues ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿Quién Roca, sino sólo nuestro Dios?
El Dios que me ciñe de fuerza, y hace mi camino irreprochable,
que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie,
el que mis manos para el combate adiestra y mis brazos para tensar arco de bronce.
Tú me das tu escudo salvador, (tu diestra me sostiene), tu cuidado me exalta,
mis pasos ensanchas ante mí, no se tuercen mis tobillos.
Persigo a mis enemigos, les doy caza, no vuelvo hasta haberlos acabado;
los quebranto, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis pies.
Para el combate de fuerza me ciñes, doblegas bajo mí a mis agresores,
a mis enemigos haces dar la espalda, exterminó a los que me odian.
Claman, más no hay salvador, al Señor, y no les responde.
Los machaco como polvo al viento, como al barro de las calles los piso.
De las querellas de mi pueblo tú me libras, me pones a la cabeza de las gentes;
 pueblos que no conocía me sirven;
los hijos de extranjeros me adulan, son todo oídos, me obedecen,
los hijos de extranjeros desmayan, y dejan temblando sus refugios.
¡Viva el Señor, bendita sea mi roca, el Dios de mi salvación sea
ensalzado,
el Dios que la venganza me concede y abate los pueblos a mis plantas!
Tú me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, del hombre violento me salvas.
Por eso he de alabarte entre los pueblos, a tu nombre, Señor, salmodiaré.
El hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su ungido, 
a David y a su linaje para siempre."

El censo del pueblo
2º libro de Samuel, capítulo 23
David se dispone a realizar un censo de todo Israel y Judá. Joab, uno de sus sirvientes de dice: "Que el Señor te multiplique el pueblo y tu lo veas. Pero ¿Para qué hacer este recuento?" David insistió. El resultado fue que disponía de más de un millón de hombres aptos para la lucha. Pero una vez hecho le remordió el corazón, pues vio que este recuento sólo le sirvió para gloriarse en sus fuerzas en cuenta de tener presente que todo le venía del Señor.
El profeta Gat le dio a elegir entre tres opciones el castigo por su pecado: 1º Tres años de hambre en el país;  2º Tres meses de derrotas; 3º Tres días de peste.
David prefirió la peste. Prefirió caer en manos de Dios antes que en manos de los hombres; pensó que la misericordia de Dios es grande. Tras desatarse la peste cayeron 7000 israelitas y cuando la peste iba a tocar Jerusalén, el Señor se arrepintió. David imploró a su vez al Señor alegando que él era el culpable, que no matase inocentes si no que hiciera caer el mal sobre él y su casa. David recibe la indicación de que ofrezca una ofrenda en la era de Arouna el jebuseo para aplacar al Señor y poner fin al castigo. David se dispone a comprársela, pero éste le quiere dar gratuitamente todo lo necesario para el sacrificio. David no ve correcto dar en sacrificio lo que consiguió de balde, por tanto al final la compra se realiza. Tras realizar el sacrificio el Señor queda aplacado.
Muerte de David
1º Libro de los Reyes, capítulos 1 y 2
David era viejo y no entraba en calor. Le buscaron una joven virgen para que se acostase con él y le diese calor. Nunca tuvieron relaciones sexuales.
Adonías, hijo de David aprovechó este estado de su padre para intentar ser el futuro rey. Con sus afines salió a sacrificar. No invito ni al profeta Natán, ni a su hermano Salomón, ni a ninguno de los valientes de David. Natán hace saber esto a Betsabé (quien fue la mujer de Urías el hitita) madre de Salomón. Los dos van a la presencia de David. Debido a la salida de Adonías, le preguntan si es que ya nombró rey. Al saber que no, Betsabé y Natán recuerdan la promesa de David a Betsabé de que Salomón será el futuro rey. David manda ungir a Salomón y a que este sea aclamado en Jerusalén. Adonías al saberlo corre a refugiarse ante el altar, pues en ese recinto no se puede matar a nadie.
En el momento de morir David recomienda a Salomón que guarde todos los preceptos de Moisés y sea fiel al Señor con todo su corazón. Pide ser sepultado en su ciudadela del monte Sión en Jerusalén. Da instrucciones sobre varias personas. Así pide sea benévolo con quien fue benévolo con él. Sobre Sameí (quien le maldijo) dijo que él le juró no matarlo tras regresar del exilio. Pero Salomón no está obligado. Finalmente al incumplir Sameí las condiciones puestas por Salomón para no perecer éste fue muerto. David pide la muerte de dos oficiales que desobedeciéndole a él mataron a un tercero. Esa sangre hizo a David culpable de esas muertes. Con la muerte de ellos esa culpa desapareció. Adonías morirá también.
David murió habiendo reinado 40 años sobre Israel, 7 sobre Hebrón y 33 sobre Jerusalén.
   EPÍLOGO
  I
  Resumen de la homilía de S.S el papa Francisco sobre DAVID
 Residencia de Santa Marta el 18 de enero de 2018
Fuente: www.religionenlibertad.com
David es un ejemplo de humildad.
Fue un gran rey, pero también un gran pecador: Adúltero, asesino -provocó la muerte de Urías-.
Sin embargo es santo. Es santo porque se dejó transformar por el Señor y se dejó perdonar. Fue
capaz de reconocerse pecador, cosa nada fácil.
Soporta la humillación -cuando Semei le maldijo- Sin humillación no hay humildad. El poder soportar y aceptar la humillación testifica que David es humilde. SIN HUMILLACIÓN NO HAY HUMILDAD.
De este modo, reflexionando sobre la lectura del día que cuenta la historia de David y Betsabé, ha subrayado cómo eldemonio induce a los corruptos a no sentir, a diferencia deotros pecadores, la necesidad del perdón de Dios.
 En esta línea, el Pontífice ha explicado que se puede pecar de muchas maneras y por todo se puede pedir sinceramente perdón a Dios y sin ninguna duda saber que ese perdón será obtenido.
El problema nace con los corruptos. Lo peor de un corrupto es que no necesita pedir perdón porque le basta el poder sobre el que apoya su corrupción, ha advertido. Y este es el comportamiento que el rey David asume cuando se enamora de Betsabé, mujer de un oficial suyo, Urías, que está combatiendo lejos. Así, el Papa ha relatado que después de seducir a la mujer y saber que estaba embarazada, David crea un plan para cubrir el adulterio. Llama al frente a Urías y le ofrece volver a casa a descansar. Urías, hombre leal, no se siente capaz de volver con su mujer mientras sus hombres mueren en batalla. Entonces David intenta emborracharle, pero ni siquiera esta "idea" le funciona. Y tal como ha explicado Francisco, finalmente David escribe una carta para que pongan a Urías como capitán en el frente de la batalla más dura y que después se retiren para que así sea golpeado y muera. "La condena a muerte. Este hombre, fiel, fiel a la ley, fiel a su pueblo, fiel a su rey, lleva consigo la condena a muerte", ha advertido.
De esta manera, el Pontífice ha precisado que David es un santo pero también un pecador. Cae en la lujuria y aun así Dios le quería mucho. Incluso "el grande, el noble David" se siente tan "seguro porque el reino era fuerte" que después de haber cometido el adulterio mueve todas las herramientas a su disposición para arreglarlo, aunque sea mintiendo, hasta ordenar el asesinato de un hombre leal, haciéndolo pasar una desgracia de guerra.
"Este es un momento en la vida de David que nos hace ver una situación por la cual todos nosotros podemos pasar en nuestra vida: es el paso del pecado a la corrupción. Aquí David comienza, da el primer paso hacia la corrupción. Tiene el poder, tiene la fuerza, sea poder eclesiástico, como religioso, económico, político... Porque el diablo nos hace sentirnos seguros: 'Yo puedo'", ha subrayado el Papa.
A propósito, el Santo Padre ha explicado que la corrupción –de la que después por gracia de Dios David saldrá– ha tocado el corazón de ese 'chico valiente' que había enfrentado al filisteo con la honda y cinco piedras. Así, ha precisado que hay "un momento donde la costumbre del pecado o un momento donde nuestra situación es tan segura y estamos bien vistos y tenemos tanto poder" que el pecado deja de "ser pecado" y se convierte en "corrupción".
Finalmente, ha recordado que el Señor siempre perdona "pero una de las cosas más feas que tiene la corrupción es que el corrupto no necesita pedir perdón, no siente la necesidad". Por ello, el Santo Padre ha invitado a hacer una oración por la Iglesia, comenzando por nosotros, por el Papa, por los obispos, por los sacerdotes, por los consagrados, por los fieles, por los laicos: 'Señor, sálvanos, sálvanos de la corrupción. ¡Pecadores sí. Señor, todos lo somos, pero corruptos nunca!'
 II
 Comentario del autor
David asume valientemente las consecuencias de su pecado, sin por ello desesperar de la misericordia del Señor. Ciertamente frente a lo temporal de los castigos, la misericordia del Señor para con él es eterna.

sábado, 23 de junio de 2018

SAUL, DAVID Y SALOMON Sinopsis biblica II

SAÚL Y DAVID


Elección y Unción de David
Capítulo 16 del 1º Libro de Samuel
Samuel sigue llorando por Saúl. El Señor le pide que deje de hacerlo, pues su decisión es definitiva y vaya a la búsqueda del elegido. Samuel teme la reacción de Saúl si éste se entera del propósito del viaje; ante esto el Señor le dice que diga que va a sacrificar, cosa que no deja de ser cierta, pues también la va a realizar.
Samuel, obedeciendo al Señor, parte. Al llegar a Belén el Señor le indica que entre los hijos de Jesé está su ungido.
Samuel pide a Jesé que le muestre sus hijos pero el Señor le dice que ninguno de ellos es el elegido. Jesé dice que queda el más pequeño que se encuentra guardando el rebaño. Se trata de David. Samuel pide que le hagan venir y con el beneplácito del Señor es ungido recibiendo al mismo tiempo el Espíritu del Señor.
Saúl, a su vez, al perder el favor del Señor es influenciado por un espíritu malo que lo mantiene intranquilo. Le recomiendan precisamente a David, que con sus cánticos y salmos consigue apaciguar a Saúl.

David contra Goliat
Capítulo 17 del 1º Libro de Samuel
Los ejércitos Filisteos e Israelitas se encuentran frente a frente, cada uno en una colina, un valle les separa. Del lado Filisteo se adelanta Goliat, guerrero de considerable altura y bien acorazado. Propone que la batalla se decida mediante un combate entre él y un Israelita. Nadie de Israel se atreve a aceptar su reto.
David no se encuentra entre las tropas, si no que se dedica a traer suministros a estas. Al enterarse del reto de Goliat lo acepta estando seguro del auxilio del Señor. Le intentan poner la armadura pero desisten ya que por su pequeña estatura esta le queda grande. Empieza el combate, David saca su honda y de una sola pedrada en la frente lo derribará.

Exilio de David
Capítulos 18 al 22 del 1º Libro de Samuel
Las habladurías del pueblo: “David mató a millares y Saúl a miríadas” despiertan la envidia de Saúl.
Saúl busca matar a David, se aprovecha del deseo de David por una de sus hijas; Saúl se la promete a cambio de cien prepucios de Filisteos. Lo hace con la esperanza de que morirá en el intento, pero David regresa con éxito.
Entre Jonathan, hijo de Saúl, y David se crea una estrecha amistad. Jonathan informará siempre a Saúl de las intenciones de su padre gracias a lo cual David salvará su vida. David se ve abocado tras las advertencias de Jonathan a huir. Al no comprender el odio de Saúl, pide a Jonathan que le sondee. Jonathan solo obtiene el reproche de Saúl, quien solo ve en David, a semejanza de Herodes con respecto a Jesús, una amenaza para su reinado.
En su huida, hambrientos, pasaran junto a un sacerdote y no habiendo otra cosa comerán de los panes consagrados. Jesús se referirá a este episodio en el evangelio de Mateo (12, 1-3) resaltando la primacía de la caridad sobre las otras normas tales como el templo y lo permitido en sábado.
Al pasar junto al rey Akís, rey de Gat, es reconocido; David teme una vez más que su fama le haga que este rey también vea en él una amenaza y busque su eliminación. Para evitar esto se finge loco ante este rey que consecuentemente pierde el temor y le desprecia. En memoria de esta situación, David compondrá el salmo 34 donde dice que en todo -incluso en lo malo- debe ser bendecido el Señor, puesto que gracias a algo tan negativo como la locura sirvió a David para bien, pues salvó su vida.
A continuación lo transcribimos:
Salmo 34
De David. Cuando fingiéndose demente ante Abimélek, fue despachado por él y se marchó.

Bendeciré al Señor en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza;
Mi alma se gloría en el Señor, ¡óiganlo los humildes y se alegren!
Engrandeced conmigo al Señor, ensalcemos su nombre todos juntos.
He buscado al Señor, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores.
Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante.
 Cuando el pobre grita, el Señor le escucha, y le salva de todas sus angustias.
Acampa el ángel del Señor en torno a los que le temen y los libra.
Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el hombre que se cobija en él.
Temed al Señor vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada.
Los ricos quedan pobres y hambrientos, más los que buscan al Señor de ningún bien carecen.
Venid, hijos, oídme, el temor del Señor voy a enseñaros.
¿Quién es el hombre que apetece la vida, deseoso de días para gozar de bienes?
Guarda del mal tu lengua, tus labios de decir mentira;
apártate del mal y obra el bien, busca la paz y anda tras ella.
Los ojos del Señor sobre los justos, y sus oídos hacia su clamor,
el rostro del Señor contra los malhechores, para raer de la tierra su memoria.
Cuando gritan aquéllos, el Señor oye, y los libra de todas sus angustias;
El Señor está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva a los espíritus hundidos.
Muchas son las desgracias del justo, pero de todas le libera el Señor;
todos sus huesos guarda, no será quebrantado ni uno solo.
La malicia matará al impío, los que odian al justo lo tendrán que pagar.
El Señor rescata el alma de sus siervos, nada habrán de pagar los que en él se cobijan.

David continúa viviendo escondido. A él se le unirán los entrampados y desesperados.

David perdona la vida a Saúl.
Capítulo 24 del 1º libro de Samuel
En estos episodios quedarán de manifiesto algunos rasgos de porque David es un hombre según el corazón del Señor. Más adelante veremos más.
En los capítulos 23 al 25 se nos cuenta como Saúl quiere atacar a David. Saúl es informado de donde se encuentra David y procede a perseguirle. Una invasión filistea le hace posponer la persecución. Tras rechazarlos vuelve a la misma. En el transcurso de la misma entra en una cueva para hacer sus necesidades. Los hombres de David le advierten y le indican a David la oportunidad que tiene de acabar con él .Le dicen que es un signo de que el Señor se lo pone en sus manos. David se desliza por la cueva pero se limita a cortarle la punta del manto. Regresa y tras prohibir a sus hombres levantar la mano contra Saúl, le grita:
"¡Oh rey mi señor! Inclinándose ante Saúl al momento. “¿Por qué escuchas a las gentes que te dicen: David busca tu ruina? Hoy mismo han visto tus ojos que el Señor te ha puesto en mis manos en la cueva, pero no he querido matarte, te he perdonado, pues me he dicho: No alzaré mi mano contra mi señor, porque es el ungido del Señor.
Mira, padre mío, mira la punta de tu manto en mi mano; si he cortado la punta de tu manto y no te he matado, reconoce y mira que no hay en mi camino maldad y crimen, ni he pecado contra ti, mientras que tú me pones insidias para quitarme la vida.
Que juzgue el Señor entre los dos y que el Señor me vengue de ti, pero mi mano no te tocará. Que el Señor juzgue y sentencie entre los dos, que él vea y defienda mi causa librándome de tu mano.”
Saúl al oír esto, rompe a llorar reconociendo la bondad de David que renuncia a tomarse la justicia por su mano dejándosela al Señor. Tras este acto de bondad, Saúl tiene por cierto que David reinará y le hace jurar a David que no exterminará a su descendencia. Tras esto cada cual regresará a su lugar, Saúl a su casa y David a su refugio. En el capítulo 27 se da otro episodio parecido en que le quitan a Saúl la lanza y el jarro. Saúl dice que ya no ira contra él.
 David desconfía de Saúl y busca la protección del rey Akís de Gat. Este rey le manda hacer incursiones en el Negev con la intención de que David sea odiado y así quede siempre a su servicio. David para evitar que den testimonio de sus incursiones, no deja a nadie con vida llevándose los bienes y ganado.

Nabal y Abigail
Capítulo 25 del 1º libro de Samuel
Nabal era muy rico pero duro y de mala conducta. Abigail, su esposa, por el contrario, era prudente y hermosa. David le pide hospitalidad para sus hombres, alegando que nunca molesto ni quito nada a sus pastores, al contrario los protegió. Nabal se niega a recibirle y David decide ir a castigarle.
Un siervo advierte a Abigail, quien se adelanta con presentes a David pidiendo perdón por las acciones de su marido. David se alegra de que el Señor le haya impedido alzar una vez más la espada. En ese momento Nabal, borracho, no es consciente de nada, pero al serenarse se queda petrificado al conocer los acontecimientos. A los pocos días muere. David da gracias al Señor por haberle hecho justicia y al mismo tiempo evitar que hubiera matado a inocentes por la necedad de Nabal.

Muerte de Saúl
Capítulos 28 al 31 del 1º libro de Samuel
Una nueva invasión. Saúl está preocupado. David esta bajo la protección de unos de los reyes contrarios. Samuel ya falleció hace tiempo. Saúl decide recurrir a una ninogrante para que le evoque al espíritu de Samuel. Ya hemos visto esta tendencia de Saúl a buscar que todo, incluido lo espiritual le sea propicio a sus intereses. Samuel le reprocha el haberle perturbado y le anuncia su próxima muerte. En la batalla morirán él y sus tres hijos. David llorara la muerte de los tres, especialmente la de Jonathan.

                                                                        APENDICE
Resumen de la homilía de S.S el papa Francisco sobre SAÚL en la Residencia de Santa Marta el 18 de enero de 2018
Fuente: www.religionenlibertad.com

Saúl envidiaba y temía la popularidad de David.
La primera lectura (1 Sam 18, 6-9: 19,1-7) habla de los celos que Saúl, rey de Israel, tiene hacia David. Tras las victorias contra los filisteos, las mujeres de Israel cantaban que "Saúl hirió a mil, y David a diez mil”. Ahí nació el rencor envidioso de Saúl, y las sospechas de que podría destronarlo. Saúl planea matar a David, pero su hijo consigue que lo reconsidere. Sin embargo, sus malos pensamientos vuelven una y otra vez. Los celos, dice el Papa, son "una enfermedad" que regresa y lleva a la envidia.
“Qué mala es la envidia. Es una actitud, un pecado malo. Y en el corazón, los celos o la envidia crecen como la mala hierba y no dejan crecer la hierba buena.Todo lo que le parece hacerle sombra, le duele. ¡No tiene paz! Es un corazón atormentado”.
Francisco recuerda incluso la cita bíblica: “Por la envidia del diablo entró el mal en el mundo”. El Papa apunta además que el celoso o envidioso también sufre, tiene un corazón sufriente. Pero es “un sufrimiento que desea la muerte del otro. Cuántas veces en nuestras comunidades no hay que ir lejos para ver esto, que por celos se mata con la lengua. Uno envidia tal cosa o tal otra y comienza a murmurar, y las murmuraciones matan”.
"Y yo, pensando y reflexionando sobre este pasaje de la Escritura, me invito a mí mismo y a todos a buscar en mi corazón si hay algo de celos o de envidia, que siempre llevan a la muerte y no me harán feliz, porque esta enfermedad hace que lo bueno del otro lo veas como algo contra ti”.
El Papa animó a pedir al Señor la gracia de no abrir el corazón a los celos y las envidias.

A Jesús lo mataron por envidia
Después, Francisco apunta que Pilatos, “que era muy inteligente, aunque cobarde”, se dio cuenta –lo dice Marcos en el Evangelio- de que los jefes de los escribas habían entregado a Jesús por envidia.
Por eso insistió en que cada persona pida a Dios fortaleza contra la envidia, y que apreciemos que cada persona tiene sus pecados y sus virtudes. “Mira lo bueno y no mates con la murmuración por envidia o celos”, animó el Pontífice.