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El alma que permanece serena en el Sagrado Corazón
¡La paz sea con vosotros!
El demonio es el enemigo de toda paz; no quiere que las almas gocen de este beneficio. Cuanto te agita, atormenta o entristece, viene de él.
Siempre que Jesús obra en el alma lo hace pacificandola; sus palabras y hasta sus reprensiones dejan en el alma paz y suavidad. Por tanto el Corazón Divino siempre actuara en el tuyo dulce y suavemente. Desconfía de cuanto no lleve este “sello”. Conserva tu paz junto a Jesús; confía a su Corazón las dudas, inquietudes o escrúpulos que te atormenten. Su Providencia cuida de ti y de tus cosas.
Jesús es el bien que por esencia y su sabiduría infinita dirigirá con acierto y éxito seguro cuanto le confíes.