sábado, 8 de octubre de 2022

Máximas de San Juan Bosco nº 21





 273 Al fin de la vida se recogen los frutos de las buenas obras.

 

274 No es necesario saber el momento de la muerte para ir al Paraíso; pero sí es preciso prepararse con buenas obras.

 

275 El dinero no puede satisfacer el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es esto lo que produce la verdadera satisfacción.

 

276 En todas las obras buenas, el demonio siempre suscita dificultades.

 

277 Es Dios quien hace las obras buenas, y nosotros tenemos que rogarle que tenga la bondad de servirse de nosotros en sus santas empresas.

 

278 En las obras de Dios hay que considerar si son necesarias o no. Si no son necesarias, no conviene emprenderlas; pero si son indispensables, hay que hacerlas sin preocuparnos por el éxito. Los medios materiales, Dios los ha prometido y Él mantiene su palabra.

 

279 Antes de emprender una obra, hay que tener en cuenta si es la voluntad de Dios que se haga. Teniendo la certeza, hay que ir adelante; encontraremos miles de dificultades en el camino, pero no importa; Dios lo quiere, seamos firmes en vencer cualquier obstáculo.

 

280 Solamente las buenas obras son las riquezas verdaderas que nos aseguran un puesto en el cielo.

 

281 Hablando de la conveniencia de hacer publicidad a las buenas obras, yo diría lo siguiente: el mejor medio para darlas a conocer, es sostenerlas.

 

282 Los cristianos si son inteligentes llevarán sus riquezas terrenas a la eternidad mediante sus obras buenas.

 

283 Las buenas obras que puedes hacer, hazlas ahora tú personalmente, sin compromiso para nadie en el futuro.