Benedicto XVI dice: "El cristianismo
no es una religión; es un encuentro."
Esto es lo que yo anhelo cada día: Encontrarme con
Dios y
experimentar que Él es mi padre, que mi vida no es
un azar, que
yo como todo hombre soy importante para Él.
En el cristianismo, hablamos mucho de salvarnos y
nos
esforzamos en cumplir los mandamientos para lograr
esta
salvación.
En sí, esto no es malo, pues los mandamientos son
vida.
Son como las señales de tráfico, que si no se
respetan, con toda
seguridad, se sufrirán accidentes, incluso
mortales.
Incluso si somos buenos cumplidores, podemos
quedarnos en la
vanidad y tener ahí nuestra paga.
El cristianismo es más que eso. Es tener un
encuentro con
Dios y experimentar que Dios está contigo. ¿Cómo
se hace
esto? El Espíritu Santo nos ayuda a verlo.
Para entenderlo como se concreta, lo mejor es
conocer
historias de conversión, tanto de santos, como de
hombres de
hoy. Ahí tendremos ejemplos concretos.
Ahora, ¿Tu, quieres tener tu encuentro con Dios?
El simple
deseo de tenerlo ya es un buen principio, ahora di
como el ciego del evangelio :"¡Jesús, hijo de
David, ten
compasión de mi que soy un pecador!". O
Bien:"¡Señor ayúdame a ver!
Quizá Dios te sorprenda y tu vida cambie y además
cumplas
encantado los mandamientos de Dios
¡Animo!