miércoles, 27 de febrero de 2013

UNA DENSA CIUDAD VIEJA


Si nos damos un vuelta por el viejo Calatayud; podremos observar en zonas donde se ha hecho algún derribo, que tras la casa desaparecida, el interior de la manzana descubre otras casas. A estas casas se accedía a través de pasajes que discurrían desde la casa a pie de calle. Estos indicios sumados a calles estrechas, fachadas de corta longitud en muchos casos y a que estas viviendas suelan ser de varias plantas, nos llevan a concluir que se aprovechaba al máximo el espacio existente.
 La razón de todo esto es que la densidad de población del casco antiguo era muy superior a la actual. La causa originaria de esta situación era el hecho que la ciudad se hallaba circunscrita al perímetro amurallado. El espacio era limitado, y si la población aumentaba la situación podía ser complicada.
 Precisamente desde finales del siglo XIX, el progreso material en todos los órdenes propicio un aumento de población. Los núcleos urbanos, convertidos en focos industriales atraen población del campo. En esta época las murallas se derriban, pues ya no sirven a su función defensiva. Se hacen planes de ensanche, con nuevas vías, amplias y dotadas de alcantarillado. El Calatayud actual triplica la ciudad histórica, fruto de los nuevos barrios que “ensancharon” la ciudad. Pero estos barrios datan de la segunda mitad del siglo XX.
 He podido leer  que en una vieja guía de Calatayud de 1934, editada por José María Rubio, se habla de este problema y se hace un amargo comentario lamentando que no exista ningún plan de ensanche. La citada guía nos informa de que la población en el núcleo principal era de 15.787 habitantes. El Calatayud de 1934 era el casco histórico y una incipiente urbanización en el camino de la estación, ya conocido como Sixto Celorrio.
En 2011 a población es de 20.800 habitantes.
 Unos 6000 más que en 1934, pero repartidos en una superficie tres veces mayor. Estos datos nos vendrán a la memoria al ver el gran número de edificios y viviendas deshabitados. A su vez el comercio se ha ido desplazando hacia los nuevos ejes. Así la plaza de España solo es una sombra de lo que fue.
Una hipótesis que planteo es que puede que en origen las partes posteriores de las casas fuesen corrales de las mismas.
La presión demográfica y el deseo de obtener renta hicieron que se aprovechasen estos espacios para crear más viviendas.
La posición social está relacionada con el modo de ocupar las viviendas. Los propietarios y arrendatarios de cierto nivel económico ocupaban la vivienda a pie de calle, y dentro de esta las primeras plantas.
Las casas interiores y plantas bajas eran ocupadas por gente humilde. La calidad de los materiales también va relacionada con el nivel económico de los ocupantes.    

Casa con fachada estrecha a la Rúa de Dato observamos a la derecha anexos a la casa principal. Existiendo tras un patio otra casa independiente.


En la foto tomada en Plazuela del Sepulcro vemos en la esquina un portón que sirve de acceso a una casa ubicada en el interior de la manzana. Encima del portón se ven los aleros de la casa interior.