domingo, 13 de julio de 2014

EL SEÑOR PROVEE EN EL MOMENTO JUSTO

El episodio del paso del Mar de Suf o de las cañas, más conocido como “Paso del Mar Rojo”, por los Israelitas a pie enjuto, que nos relata el Éxodo (Cp. 13 al 15) y que se enmarca dentro de la iniciativa del Señor para liberar a los Israelitas de la esclavitud de Egipto y convertirlos en su pueblo predilecto.
Dada la importancia de estos acontecimientos para la identidad y la fe del pueblo de Israel, siempre han sido objeto de estudio, ya sea desde el punto de la exegesis o bien del de la historia
Algunos de estos estudios sostienen que en el episodio del paso del Mar de Suf, lo que sucedió realmente, no fue tanto un hecho prodigioso sobrenatural, sino más bien lo que sucedió fue que la Providencia del Señor hizo que los fenómenos naturales habituales en esa región, tales como los fuertes vientos, se dieran de un modo más extraordinario de lo habitual.
Algunos rabinos, ante esta explicación, nos dicen que aunque los fenómenos fueran en si naturales, no desmerecen para nada el poder de Dios.
Al contrario, esto tiene una enseñanza, hoy, para nosotros. Se nos instruye en que no es lo importante como se produzca el fenómeno si no que la providencia divina hizo que se produjera en el momento preciso, justo cuando más se necesitaba. Justo cuando se encontraban frente al mar y los egipcios les iban a dar caza, cuando parecía que no había escapatoria, algo sucedió que les permitió escapar de sus enemigos.
Esta enseñanza también nos dice que hoy los milagros también se dan, solo que se dan justo cuando se precisa.
A veces nos impacientamos viendo que el Señor no acontece.
¡Sera que aun no lo precisamos! Yo creo que todos hemos experimentado que en el momento preciso, en el momento más necesario aconteció algo – que solemos denominar casualidad- que vino en nuestra ayuda.
Ya ves, aunque no siempre sean cosas llamativas, extraordinarias, prodigiosas o sobrenaturales, los milagros existen hoy.