martes, 3 de mayo de 2016

LA DIVINA MISERICORDIA EN MI ALMA Extractos

De Santa María Faustina kowalska, religiosa polaca. Muere en 1938 a los 33 años. Canonizada por S.Juan Pablo II.

Resumen frases de su libro

Entrega Nº 6 (37 en total)

(Se harán tres entregas mensuales: los días 8, 18 y 28 de cada mes en esta capilla) adoracionperpetua.bilbao@gmail.com (para más copias, pedir a esta dirección)
N. 270: Sin humildad no podemos agradar a Dios. Ejercítate en el tercer grado de la humildad, es decir no solamente no recurras a explicaciones y justificaciones cuando te reprochen algo, sino que alégrate de la humillación.

N. 270: Las verdaderas obras de Dios siempre enfrentan dificultades y se caracterizan por el sufrimiento. Si Dios quiere realizar algo, tarde o temprano lo realizará, lo realizará a pesar de las dificultades y tú, mientras tanto, ármate de gran paciencia.

N. 273: Te ruego con todo mi corazón, permíteme conocer lo que no Te agrada en mí y al mismo tiempo darme a conocer lo que tengo que hacer para agradarte más.

N. 274: Jesús me concedió el conocimiento de mí misma. En esta luz de Dios veo mi defecto principal, es la soberbia, su característica el cerrarme en mi misma, la falta de sencillez en las relaciones con la Madre Superiora.

N. 274: Para un asunto que podría ser resuelto con dos palabras, empleo demasiado tiempo. Jesús desea que lo emplee para pequeñas plegarias con indulgencias para las almas del Purgatorio. Me dice el Señor que cada palabra será pesada el Día del juicio.

N. 274: No es asunto mío ver cómo se comportan los demás, con tal de que yo me comporte como Dios desea. Jesús ama a las almas escondidas.

N. 276: Desde el momento en que empecé a amar el sufrimiento, este mismo dejó de ser sufrimiento para mí. El sufrimiento es el alimento continuo de mi alma.

N. 279: El verdadero amor de Dios consiste en cumplir Su voluntad. Para demostrar a Dios el amor en la práctica, es necesario que todas nuestras acciones, aún las más pequeñas, deriven del amor hacia Dios.
N. 279: Cuanto más ames el sufrimiento, tanto más puro será tu amor hacia Mí.

N. 281: Siento bien que mi misión no terminará con mi muerte, sino empezará. ¡Oh, almas!, les descorreré las cortinas del cielo para convencerlas de la bondad de Dios.
N. 283: De nosotros depende solamente no oponernos a la actuación de Dios.

N. 284: Cuando miro un alma consagrada que es tibia, entonces mi corazón sangra.

N. 289: Los momentos más felices para mí son aquellos cuando me quedo a solas con mi Señor. En aquellos momentos conozco la grandeza de Dios y mi propia miseria.

N. 291: Dios es muy generoso y no rehúsa a nadie su gracia , da más de lo que nosotros le pedimos. La fidelidad en el cumplimiento de las inspiraciones del Espíritu Santo es el camino más corto.

N. 292: Cuando un alma ama sinceramente a Dios, no debe temer nada en su vida espiritual.

N. 294: Invita a las almas con las cuales estás en contacto a confiar en Mi misericordia infinita. ¡Oh!, cuánto amo a las almas que se Me han confiado totalmente, haré todo por ellas.

N. 295: No cuentes con ninguna criatura ni siquiera en la cosa más pequeña, ya que esto no Me agrada. Yo quiero estar en tu alma solo. Fortificaré tu alma y te daré luz.

N. 296: Deseo adorarte con cada momento de mi vida y unir estrechamente mi voluntad a Tu santa voluntad.

N. 296: Es una gran cosa saber aprovechar el momento presente.

N. 299: Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas.

N. 300: La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia.

N. 300: ¡Oh!, cuánto me hiere la desconfianza del alma. Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la misericordia, no confía en mi bondad. También los demonios admiran Mi justicia, pero no creen en Mi bondad.

N. 302: Con la gracia de Dios he recibido ahora esta disposición del corazón, de que nunca estoy tan feliz como cuando sufro por Jesús, al que amo con cada latido.

N. 304: ¡Oh!, qué grande es el fuego del amor purísimo que arde en Tu Sacratísimo Corazón. Feliz el alma que ha entendido el amor del Corazón de Jesús.
N. 305: Mi mayor deseo es que las almas Te conozcan, que sepan que eres su eterna felicidad, que crean en Tu bondad y que alaben Tu infinita misericordia.