1 No pienses que vives en el mundo únicamente para divertirte, enriquecerte, comer, beber y dormir, como los animales privados de razón; pues el fin para el que has sido creado es infinitamente superior y más sublime; esto es: amar y servir a Dios en esta vida y salvar tu alma en la otra.
2 Tengo una alma sola: si la pierdo, ¿de qué me servirá haber vivido?.
3 La mejor obra que se puede hacer en este mundo es atraer las almas perdidas al buen sendero, a la virtud.
4 Comprenderás mejor la importancia del bien, si consideras que tu salvación eterna o tu condenación, depende únicamente de ti.
5 Salvando tu alma, serás feliz para siempre; pero, si la pierdes, lo pierdes todo: alma, cuerpo, cielo, Dios, que es tu supremo fin ... , y esto, por toda la eternidad.
6 Quien se preocupa mucho de su cuerpo y poco de su alma, acaba por caer en los brazos del demonio.
7 Si cooperas a salvar un alma, aseguras la tuya propia.
8 Cuando se trate de salvar un alma, no se miden las consecuencias.
9 Para salvar nuestra pobre alma, hay que estar dispuesto a todo.