184 No pienses que vives en este mundo para divertirte, enriquecerte, comer, beber y dormir,
como los animales privados de razón; pues el fin para el que has sido creado, es infinitamente
más noble y más sublime, esto es: para amar y servir a Dios en esta vida y así salvar tu alma.
185 El más valioso sostén de la juventud es el Sacramento de la Comunión y la Confesión.
186 Créanmelo, quien es devoto del Santísimo Sacramento, es decir, que va con frecuencia a hacer santas comuniones y visitas a Jesús en el Tabernáculo, ése tiene una prenda segura de su eterna salvación.
187 La juventud dejada a su suerte, si no encuentra comprensión a su debido tiempo, será azote para la sociedad, e irá a llenar las cárceles.
188 En la comunión frecuente se encuentra luz, fuerza y santidad.
189 Los hábitos adquiridos en la juventud, por lo general, duran toda la vida.
190 Es muy difícil arrancar un vicio que se haya adquirido en la juventud.