Sobre María Santísima
212 Aún cuando María os obtuviera muchas gracias, de nada os servirían, si no os consiguiera la de no caer en pecado mortal.
213 Estad seguros de que cuanto más puras sean vuestras miradas y palabras, tanto más agradaréis a la Virgen María y mayores gracias os obtendrá Ella de su divino Hijo y Redentor nuestro.
214 Si queréis, amados jovencitos, ser los verdaderos amigos de Jesús y María, debéis no tan sólo huir de los escandalosos, sino esforzaros con el buen ejemplo a reparar el gran mal que éstos hacen a las almas.
215 Si María favorece tanto a este miserable cuerpo, ¿Cuántos favores no concederá a las almas que la invocan?.
216 Si todos los hombres fuesen verdaderamente devotos de María, qué felicidad habría en este mundo.
217 Con la frecuente comunión, vosotros mereceréis ser muy queridos de Dios y de los hombres; y María Santísima os concederá la gracia de no morir sin los Santos Sacramentos al fin de la vida.
218 Humildad, obediencia y castidad os harán gratos a María Santísima.
219 En todos los peligros invocad a María, y os aseguro que seréis librados.
220 Es casi imposible llegar a Jesús, si no es por medio de María.
221 María quiere la realidad, no las apariencias.
222 Nuestra Madre, concede grandes favores a los que hacen bien su novena.
223 Seamos devotos, sobre todo, de María Santísima; invoquémosla de corazón y Ella nos protegerá.
224 Desgraciadamente peregrinamos aún por este valle de lágrimas y estamos lejos de la patria celeste y de nuestra querida Madre; sin embargo confiemos en Ella, invoquemos a María, con toda piedad, que es toda bondad para con nosotros.
225 Asistir con devoción a la Santa Misa, visitar a Jesús Sacramentado, recibir la Comunión Sacramental o al menos hacerla espiritual, son prácticas de sumo agrado a María y un conducto eficaz para obtener gracias especiales.
226 La fiesta de la Santísima Virgen y más aún, sus solemnidades, sus novenas, sus triduos, el mes a Ella consagrado, sean siempre fervorosamente inculcados en público y en privado; con folletos, con libros, con medallas, con imágenes, con publicar o simplemente contar gracias y bendiciones que nuestra celeste Bienhechora concede a cada instante a la humanidad doliente.
227 La Virgen Santísima nos consiga de su Divino Hijo, días de paz y acierto, a fin de poder amar y servir a Dios en la tierra y gozar un día la bienaventuranza en el cielo.
228 (Don Bosco al fin de su vida). Recomendad la frecuente comunión y la devoción a María Santísima Auxiliadora.
229 Para obtener una gracia especial, la jaculatoria más eficaz es ésta: "María Auxiliadora, rogad por nosotros".
230 En el cielo nos quedaremos gratamente 0sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra.