domingo, 16 de octubre de 2016

LA DIVINA MISERICORDIA EN MI ALMA Extractos


De Santa María Faustina Kowalska, religiosa polaca. Muere en 1938 a los 33 años. Canonizada por S.Juan Pablo II.

Resumen frases de su libro
Entrega Nº 24 (37 en total)


(Se harán tres entregas mensuales: los días 8, 18 y 28 de cada mes en esta capilla)
adoracionperpetua.bilbao@gmail.com (para más copias, pedir a esta dirección)


N. 1226: Hoy tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio.

N. 1228: Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia.

N. 1234: Todo para Ti, Jesús, y con cada latido de mi corazón deseo adorar Tu misericordia y conforme a mis fuerzas deseo animar a las almas a confiar en esta misericordia, como Tú mismo me has ordenado, ¡oh, Señor!

N. 1235: En mi corazón, en mi alma es noche oscura. Delante de mi mente hay un muro impenetrable que me ha ocultado a Dios, sin embargo estas tinieblas no han sido causadas por mí.

N. 1237: ¡Oh, Jesús!, qué oscuridad me envuelve y qué nulidad me penetra, pero Jesús mío no me dejes sola, concédeme la gracia de la fidelidad. Aunque no puedo penetrar el misterio del abandono, pero está en mi poder decir: hágase Tu voluntad.

N. 1239: Me asombro, Jesús, de que puedas ocultarte de mí tanto tiempo; ¿Cómo puedes retener la inmensidad del amor que me tienes? En la morada de mi corazón agudizo el oído y espero Tu venida, ¡oh!, único tesoro de mi corazón.

N. 1241: ¡Oh, Jesús mío!, qué difícil es soportar este tipo de sufrimientos: si alguien mal dispuesto contra mí me causa alguna molestia, me duele menos que si alguien me muestra su amabilidad y pone trabas a cada paso. No lo puedo soportar.

N. 1242: Jesús mío, penétrame toda para que pueda reflejarte en toda mi vida. Divinízame de modo que mis acciones tengan el valor sobrenatural. Haz que tenga para cada alma, sin excepción, amor, compasión y misericordia.

N. 1242: Glorificar Tu misericordia es la tarea exclusiva de mi vida.

N. 1243: Los momentos de aridez y de sensación de la propia miseria, permitidos por Dios, hacen conocer al alma lo poco que puede por sí sola; le enseñan cuánto debe apreciar las gracias de Dios.

N. 1244: La Santísima Virgen me dijo: Cada una que persevere fielmente hasta la muerte en mi Congregación, evitará el fuego del Purgatorio y deseo que cada una se distinga por estas virtudes: humildad y silencio, pureza y amor a Dios y al prójimo compasión y misericordia.

N. 1244: Es imposible agradar a Dios sin cumplir su santa voluntad.

N. 1244: (La Virgen) Deseo ardientemente que te destaques en esto, es decir en la fidelidad en cumplir la voluntad de Dios. Esta voluntad de Dios anteponla a todos los sacrificios y holocaustos.

N. 1246: Hija Mía, en las semanas cuando no Me has visto ni has sentido Mi presencia, estaba unido a Ti más profundamente que en los momentos de éxtasis. Y la fidelidad y el perfume de tu plegaria han llegado hasta Mí.

N. 1248: Hoy durante siete horas he llevado una cintura de cadenitas para impetrar por cierta alma la gracia del arrepentimiento; a la séptima hora sentí alivio, porque aquella alma en su interior ya recibía el perdón aunque todavía no se había confesado.

N. 1249: Hoy, en la adoración, el Señor me hizo saber cuánto desea que el alma se distinga en el amor activo y vi en mi interior cuán grande es el número de almas que nos piden gritando: Danos a Dios; y ardió en mí la sangre apostólica.

N. 1259: La luz divina puede más en un instante que mis esfuerzos de varios días.

N. 1259: A través de esta obra de misericordia se acercarán a Mí más almas que las que se habrían acercado si él (un sacerdote) hubiera continuado absolviendo día y noche hasta el fin de su vida.

N. 1260: Hija Mía, sé siempre como una niña ante Mis sustitutos (sacerdotes), porque de otro modo no sacarás provecho de Mis gracias que te envío a través de ellos.

N. 1262: Durante la Santa Misa fui unida a Dios. Jesús me dijo que la más pequeña cosa no sucede en el mundo sin su voluntad.

N. 1263: Me parece que las más grandes torturas de los mártires me serían más livianas que lo que estoy pasando aunque sin derramar una sola gota de sangre, pero todo esto por las almas, por las almas, Señor…