miércoles, 13 de marzo de 2019

EL PAPEL DEL JUDAÍSMO EN LA HUMANIDAD VI


2º¿Cómo es el acercamiento de la iglesia al pueblo hebreo tras el Concilio Vaticano II?

Como ya se dijo, durante siglos se ha visto al pueblo judío como un pueblo deicida. La única opción que tenía un judío era abandonar el judaísmo y convertirse.
Tras el concilio esta visión está cambiando. Aunque los orígenes de esta visión están en San Pablo.
Jesús mismo en la cruz pide perdón por este pueblo pues no sabe lo que hace. Pero esta humillación del mismo Dios, y el rechazo de su pueblo está en los planes de Dios.

San Pablo, que paso de ser un judío ortodoxo a apóstol cristiano nos explica en sus cartas de que a pesar de lo sucedido con Jesús, no por ello el pueblo judío es un pueblo rechazado. Dice que Dios les ha puesto “una venda en los ojos” que les impide entender quien es Jesús. Este primer rechazo judío ha traído sin embargo bienes: El llevar a los gentiles a la fe en Dios. Dice que el reconocimiento de Cristo será una resurrección entre los muertos dando a entender que será en la segunda venida de Cristo o fin del mundo actual.

La iglesia ve que aunque con Cristo se ha hecho la nueva y definitiva alianza con todo el que acoja a Cristo con la fe, coincide con san Pablo en que la alianza que Dios hizo con Israel sigue vigente y por tanto las promesas que Dios hizo a este entre la que destacan la venida del Mesías. El hecho que exceptuando conversiones particulares, el grueso del pueblo hebreo no acepte hoy a Jesús como Mesías no deroga la alianza. La iglesia discierne que Dios tiene sus tiempos y sus momentos y no fuerza a nadie. Por tanto ve mejor no hacer proselitismo en general, exceptuando, eso sí, los casos individuales donde uno decide voluntariamente adherirse a Cristo. De hecho el pueblo judío sigue hoy esperando al mesías, que para los cristianos ya vino. El que no lo hayan visto en Cristo es algo comprensible, pues la figura de Jesucristo con su muerte trágica es algo que para cualquier judío le descarta como Mesías, pero San Pablo nos dice que la necedad de Dios es más grande que la sabiduría de los hombres. San Pablo nos añade que si su ceguera trajo como resultado la fe en Jesús; el reconocimiento de Jesús como Mesías por parte del pueblo judío no puede ser otra cosa que una resurrección de entre los muertos, esto es el fin del mundo. O sea que esta conversión masiva será uno de los signos, junto a otros que precederán la parusía o segunda venida de Cristo en majestad. Es en este punto donde coinciden las esperanzas cristianas y judías sobre el Mesías.

El Papa Juan Pablo II, hoy santo, decía que la fe se propone no se impone, por esto, sobre todo las el Concilio Vaticano II, se acepta que en general todo hombre que sin conocer a Cristo se haya guiado por su recta conciencia será digno de salvación. Algo que nos recuerda al pacto de Noé. Para el pueblo judío, de modo especial, no se ve la urgencia de buscar la conversión. Se les considera los padres en la fe, y por su conocimiento profundo de las escrituras son maestros espirituales de los cristianos. Para una correcta comprensión de la figura de Jesucristo es imprescindible conocer el mundo judío. Este conocimiento dota del contexto correcto para comprender el evangelio. En una palabra el pueblo judío sigue teniendo un papel importante incluso para el cristianismo.

Todo esto parece chocar con la afirmación de los padres de la iglesia: “Fuera de la iglesia no hay salvación” y ciertamente Dios tiene una paciencia, pues quiere que se le acepte libremente, pero finalmente ya sea al fin de la vida de cada uno y pasar al otro mundo o en el fin del mundo no habrá otro camino que aceptar a Cristo o no aceptarlo.

Esta nueva visión católica sobre el pueblo judío a sorprendido a parte del pueblo hebreo que han correspondido, aunque la tónica general sigue siendo el recelo.