sábado, 9 de abril de 2022

Máximas de San Juan Bosco nº 16



 191 Quien da limosna para salvar almas, tendrá por recompensa salud y vida larga.

 

192 Para conseguir limosnas, es preciso que el pueblo comprenda que aún para conseguir ventajas temporales del Señor, le conviene contribuir; y por el contrario, la avaricia para con las obras de Dios, puede atraer la maldición del cielo.

 

193 Dios es infinitamente rico y de una generosidad sin límites.


194 Tened fe, rogad mucho, pero acompañad vuestras peticiones con alguna obra de caridad.

 

195 Dad y se os dará -dijo el Señor-, y no: prometed y se os dará. Por eso adelantad vuestras obras, para obligar a Dios a ayudaros.

 

196  El dinero es la llave que sirve para dos cerraduras: nos abre el cielo o nos abre el infierno.

 

197 Quien no es generoso con Dios, fácilmente se olvida del Señor.

 

198 Quien no sea generoso con Dios, pocas esperanzas podrá abrigar para conseguir gracias extraordinarias.

 

199 Para dar limosna no es necesario ser rico.

 

200 No son los ricos los que hacen un bien dándonos limosna, sino somos nosotros los que les hacemos un favor a ellos brindándoles ocasión para ganar méritos.

 

201 El buen Dios premiará con el Paraíso a los que dan su vida por las almas e igualmente a los que ayudan a los misioneros.

 

 202 En la persona de los pobres y sobre todo de los más abandonados, debemos ver representado al Salvador. Por lo mismo no son los niños pobres los que demandan vuestra caridad, sino es el mismo Jesús, en la persona de sus pobres.

  

203 El Evangelio no dice: "Dejad lo superfluo a los pobres después de vuestra muerte", sino: "Dad lo superfluo a los pobres en vida".

 

204 Algunos se imaginan que dar limosna es un consejo y no un precepto; por lo tanto no se cuidan de sus obligaciones; pero están en un error fatal, pues, quien no hace obras buenas en este mundo arrastra consigo otras almas a la perdición, como lo hemos visto en la parábola del rico Epulón.

  

205 Dios hizo al pobre para que gane el cielo con su   paciencia y la resignación; pero también hizo al rico para que se salve mediante la caridad y la limosna.

 

206 Algunos creen que hacen bastante, dando alguna que otra limosna, brindando rara vez algún socorro con ostentación. Están en un error. Jesús manda dar limosna: "¡Lo superfluo, dadlo a los pobres!".

 

 207 He vivido entre pobres y tuve que visitar a ricos. En general he visto que dan poca limosna, y muchos señores no hacen buen uso de sus riquezas.

 

208 Para dar gracias al Señor conviene acompañar nuestras preces, además de las palabras de agradecimiento, con alguna limosna.

 

209 Las manos de los pobres llevan nuestras limosnas al Cielo. Dar a los pobres nuestro óbolo, es como depositarlo en las mismas manos de Jesucristo.

 

210 Si queréis obtener con más facilidad cualquier gracia, haced primero vosotros la gracia, o sea, dad vosotros alguna limosna, antes que Dios y la Vírgen os concedan el favor deseado.