miércoles, 28 de septiembre de 2016

LA DIVINA MISERICORDIA EN MI ALMA Extractos


De Santa María Faustina Kowalska, religiosa polaca. Muere en 1938 a los 33 años. Canonizada por San Juan Pablo II.

Resumen frases de su libro
Entrega Nº 22 (37 en total)

(Se harán tres entregas mensuales: los días 8, 18 y 28 de cada mes en esta capilla)
adoracionperpetua.bilbao@gmail.com (para más copias, pedir a esta dirección)

N. 1139: ¡Oh!, qué dolor experimenta mi corazón cuando veo una hermana que carece de espíritu religioso. ¿Cómo puede agradar a Dios cuando estalla de soberbia y de amor propio, y finge que procura la gloria de Dios mientras se trata de su propia gloria?

N. 1141: ¡Oh!, cómo siento que estoy en el destierro. Veo que nadie comprende lo que tengo dentro de mí, sólo me entiendes Tú que estás oculto en mi corazón y eternamente vivo.

N. 1142: Apóstol de Mi misericordia, proclama al mundo entero Mi misericordia insondable, no te desanimes por los obstáculos que encuentras proclamando mí misericordia.

N. 1146: Me deleitan las almas que recurren a Mí misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden.

N. 1146: Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de Mí misericordia. Quien no quiera pasar por la puerta a Mí misericordia, tendrá que pasar por la de Mi justicia…

N. 1147: Quiero instruirte Yo Mismo; en un solo instante te haré conocer más de lo que los demás alcancen esforzándose mucho años.

N. 1148: Nos parecemos más a Dios cuando perdonamos al prójimo. Dios es amor, bondad y misericordia…

N. 1149: En varias ocasiones noté cómo las almas consagradas defienden su gloria fingiendo la gloria de Dios. ¡Oh, Jesús! cuánto me hirió esto. ¡Qué misterio descubrirá el día de Tu juicio! ¿Cómo es posible robar los dones de Dios?

N. 1150: ¡Oh!, qué bueno es el Señor que pagará a todos según sus obras… Que cada alma implore para sí la ayuda de la gracia actual cooperante, ya que a veces la gracia ordinaria no es suficiente.

N. 1152: No es cosa fácil soportar alegremente los sufrimientos y sobre todo los no merecidos. Aunque la voluntad y el intelecto son capaces de hacer el bien a aquellos que les hacen sufrir, sin embargo el sentimiento hace mucho ruido.

N. 1153: Mientras rezaba delante del Santísimo Sacramento, súbitamente mis sufrimientos físicos desaparecieron y oí en el alma una voz: Ves que en un instante puedo darte todo, no estoy sujeto a ninguna ley.

N. 1153: Has de saber, Hija Mía, que en un solo instante puedo darte todo lo que necesites para cumplir esta obra.

N. 1158: Es triple el modo de hacer una obra de misericordia: A) perdonando, consolando y diciendo la palabra misericordiosa. B) Cuando no es posible con dicha palabra, rezando (que también es obra de misericordia) y C) Haciendo las obras.

N. 1158: Cuando llegue el último día seremos juzgados por esto, y según ello, recibiremos la sentencia eterna.

N. 1159: Los canales de las gracias divinas están abiertos para nosotros, tratemos de aprovecharlos antes de que venga el día de la justicia de Dios y será un día terrible.

N. 1160: Preguntándole al Señor cómo soportaba tantos crímenes sin castigo, me dijo: Para castigar tengo la eternidad y ahora estoy prolongando el tiempo de la misericordia, pero, ay de ellos, si no reconocen este tiempo de Mí visita.

N. 1160: Impetra para ellos la gracia para que también ellos adoren Mí misericordia.

N. 1164: Calla cuando no quieren reconocer tu verdad, ya que así eres más convincente.

N. 1165: Has de saber, Hija Mía, que cuando tiendes a la perfección, llevas a muchas almas a la santidad y si no procuras la santidad, por la misma razón muchas almas permanecerían imperfectas.

N. 1165: Su perfección, dependerá de tu perfección y la mayor parte de su responsabilidad recaerá sobre ti. No temas niña Mía, sino que sé fiel a Mi gracia.

N. 1167: Satanás me confesó que soy el objeto de su odio. Me dijo: Mil almas me hacen menos daño que tú cuando hablas de la gran misericordia del Omnipotente. He comprendido cuánto Satanás odia la Divina Misericordia, no quiere reconocer que Dios es bueno.

N. 1170: Muchas veces he querido enaltecer a esta Congregación, pero no puedo por su soberbia. Hija Mía, has de saber que a las almas soberbias no les concedo Mis gracias y hasta les quito las ya concedidas.