viernes, 11 de noviembre de 2016

LA DIVINA MISERICORDIA EN MI ALMA Extractos


De Santa María Faustina Kowalska, religiosa polaca. Muere en 1938 a los 33 años. Canonizada por San Juan Pablo II.

Resumen frases de su libro
Entrega Nº 27 (37 en total)

(Se harán tres entregas mensuales: los días 8, 18 y 28 de cada mes en esta capilla)
adoracionperpetua.bilbao@gmail.com (para más copias, pedir a esta dirección)

N. 1332: ¿Por qué los ángeles fueron castigados inmediatamente después del pecado? Escuché una voz: Por su profundo conocimiento de Dios. Ningún hombre en la tierra, aunque fuera un gran santo, tiene tal conocimiento de Dios como un ángel.

N. 1333: Quiero volverme santa y confío en que la Divina Misericordia puede hacer una santa de la miseria que soy, porque después de todo tengo buena voluntad.

N. 1336: Tú que vives en mi alma, haz que a través de mí irradie Tu Divinidad.

N. 1338: He oído a Satanás gritando: Escribes todo, escribes todo y por eso perdemos tanto. No escribas de la bondad de Dios, él es justo. Y dando aullidos de rabia, desapareció.

N. 1340: Tengo que luchar contra muchos defectos sabiendo bien que la lucha no humilla a nadie, sino la cobardía y la caída.

N. 1344: Y mi corazón se ha renovado y he iniciado una vida nueva ya aquí en la tierra, la vida del amor de Dios. Sin embargo no olvido que soy la debilidad en persona, pero no dudo ni por un momento en la ayuda de Tu gracia, ¡Oh, Dios!

N. 1345: ¡Oh, Jesús!, con un ojo miro el abismo de mi miseria y con el otro ojo el abismo de Tu misericordia.

N. 1356: ¡Oh, Dios mío!, cualquiera que sea Tu santa voluntad para conmigo la aceptaré con todo el corazón y con toda el alma, sin reparar en lo que me diga mi naturaleza corrupta.

N. 1358: Toda la vida debe ser un sacrificio.

N. 1361: Estate atenta para que no se te escape ninguna oportunidad que Mi providencia te dará para santificarte.

N. 1361: Si no logras aprovechar una oportunidad dada no pierdas la calma sino que humíllate profundamente ante Mí y sumérgete toda con gran confianza en Mi misericordia. A un alma humilde se da con más generosidad, más de lo que ella pida.

N. 1363: De estos ejercicios espirituales salgo totalmente transformada por el amor de Dios. Mi alma inicia seriamente y con bizarría una nueva vida aunque por fuera esta vida no cambie nada y nadie lo perciba.

N. 1363: Sin embargo el amor puro es el guía de mi vida y su fruto exterior es la misericordia.

N. 1364: Ahora puedo ser plenamente útil a la iglesia con mi santidad personal que dará latidos de vida en toda la iglesia, puesto que todos formamos un mismo organismo en Jesús.

N. 1366: ¡Oh, Señor mío!, aunque me ocupan tantas cosas tengo en el alma una profunda paz que ni los triunfos, ni los deseos, ni las contrariedades son capaces de perturbar, porque Tú, Señor y Dios mío estas para mí por encima de todas las cosas que sucedan.

N. 1372: Desearía gritar al mundo entero: Amad a Dios porque es bueno y su misericordia es grande.

N. 1373: ¡Oh! días cotidianos y llenos de monotonía, los miro con ojo solemne y festivo. Qué grande y solemne es el tiempo que nos ofrece la posibilidad de recoger méritos para el cielo eterno.

N. 1375: Cuando la procesión volvió del cementerio a la capilla, mi alma sintió la presencia de muchas almas. Comprendí la gran justicia de Dios y que cada uno tiene que pagar hasta el último céntimo.

N. 1384: Satanás, allí donde no puede hacer daño él mismo, se sirve de los hombres.

N. 1385: Has de saber, hija Mía, que cuando llego a un corazón humano en la Santa Comunión, tengo las manos llenas de toda clase de gracias y deseo dárselas al alma, pero las almas ni siquiera Me prestan atención.

N. 1385: Me dejan sólo y se ocupan de otras cosas. ¡Oh!, qué triste es para Mí que las almas no reconozcan al Amor. Me tratan como una cosa muerta.