domingo, 17 de julio de 2016

LA DIVINA MISERICORDIA EN MI ALMA Extractos

De Santa María Faustina Kowalska, religiosa polaca. Muere en 1938 a los 33 años. Canonizada por san Juan Pablo II.

Resumen frases de su libro
Entrega Nº 14 (37 en total)

(Se harán tres entregas mensuales: los días 8, 18 y 28 de cada mes en esta capilla)
adoracionperpetua.bilbao@gmail.com (para más copias, pedir a esta dirección)


N. 724: La fiel sumisión a la voluntad de Dios siempre y en todas partes, en todos los casos y todas las circunstancias de la vida, da a Dios una gran gloria; tal sumisión a la voluntad de Dios, a sus ojos tiene un valor mayor que largos ayunos y mortificaciones.

N. 731: Ahora sé que incluso a las almas elegidas y adelantadas en la vida religiosa o espiritual, les falta el ánimo para confiar totalmente en Dios. Y eso sucede porque pocas almas conocen la insondable misericordia de Dios, su gran bondad.

N. 732: El alma tiembla frente a la más pequeña ofensa de Dios, pero esto no le perturba ni le empaña la felicidad. Donde impera el amor, allí todo va bien.

N. 733: Son relámpagos repentinos de luz que me permiten conocer una cosa tal y como Dios la ve, tanto en los asuntos del mundo interior como también en los del mundo exterior.

N. 735: Me encerré en el cáliz de Jesús para consolarlo continuamente. Hacer todo lo que está en mi poder para salvar a las almas, hacerlo a través de la oración y el sufrimiento.

N. 735: En la Santa Comunión mi unión con Jesús es tan estrecha e indecible que aunque quisiera describirla, no sabría porque no encontraría expresiones apropiadas.

N. 737: Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias.

N. 740: ¡Oh, Salvador del mundo!, me uno a Tu misericordia. ¡Oh, Jesús mío! uno todos mis sufrimientos a los Tuyos y los deposito en el tesoro de la Iglesia para el provecho de las almas.


N. 741: (en el infierno, parte primera: Hoy he estado allí conducida por un ángel. ¡Qué espantosamente grande es su extensión! El primer tormento, es la pérdida de Dios; el 2º, el remordimiento de conciencia; el 3º, aquel destino no cambiará jamás.

N. 741: (parte segunda). El 4º: es el fuego que penetrará al alma, pero no la aniquilará, es un tormento terrible, es un fuego puramente espiritual, incendiado por la ira divina. El 5º tormento: la oscuridad permanente, un horrible sofocante olor.

N. 741 (tercera parte). El 6º tormento: la compañía continua de Satanás. El 7º: una desesperación tremenda. Además hay tormentos particulares que son los tormentos de los sentidos: cada alma es atormentada de modo tremendo con lo que ha pecado.

N. 741 (cuarta parte). Habría muerto a la vista de aquellas terribles torturas, si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios. Que el pecador sepa: con el sentido que peca, con ese será atormentado por toda la eternidad.

N. 741 (quinta parte). Lo escribo por orden de Dios para que ningún alma se excuse diciendo que el infierno no existe o que nadie estuvo allí ni sabe cómo es. Yo Sor Faustina por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas.

N.741 (6ª parte, sobre el infierno). Lo que he escrito es una débil sombra de las cosas que he visto. He observado una cosa: la mayor parte de las almas que allí están son las que no creían que el infierno existiese. Cuando volví en mí no pude reponerme del espanto.

N.741 (séptima parte). Por eso ruego con más ardor todavía por la conversión de los pecadores; invoco incesantemente la misericordia de Dios para ellos. ¡Oh, Jesús mío!, prefiero agonizar en los más grandes tormentos, que ofenderte con el menor pecado.

N. 742: Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera, la acción; la segunda, la palabra; la tercera, la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí.

N. 742: A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas.

N. 745: Ardo en el deseo de salvar almas; recorro el mundo entero a lo largo y a lo ancho y penetro hasta sus confines, hasta los lugares más salvajes para salvar almas. Lo hago a través de la oración y del sacrificio. Deseo que todos glorifiquen a Dios.

N. 746: ¡Oh, Jesús mío!, mi fuerza y mi única esperanza, solamente en Ti mi única esperanza. Mi confianza no se verá defraudada.

N. 754: Promesa del Señor: A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte.

N. 758: Por eso comprendí que no era suficiente preocuparme solamente por las virtudes ordinarias, sino que debía ejercitarme en las virtudes heroicas, aunque por fuera parecieran cosas normales, sin embargo el modo sería distinto.