Una tarde de agosto, en la estación de Calatayud
observo la llegada del tren regional Zaragoza-Arcos de Jalón.
Me llama la atención que para un tren que realiza
un recorrido de unos120km, con una duración de unas dos horas, se emplea una
unidad de cercanías equipada con asientos duros y sin WC. Esta unidad es
perfecta para un trayecto de periferia de una gran ciudad, donde hace un servicio
propio de un Metro. Para un recorrido más largo no se me negara que no es el
medio de transporte más adecuado.
Lo triste es que esta circunstancia no es
exclusiva de esta relación, con fama de segundona, donde siempre recala el
material más veterano.
En regiones "de primera” como Cataluña, con
números altos de viajeros, el caso se repite.
Así, imaginen en agosto, viajar de Barcelona a
Cerbere en una unidad de estas características a las que se une que estos trenes
al tener el diseño propio de un metro, están dotadas de pocos asientos. Unamos
que el tren va atiborrado de turistas que van y vienen rebosantes de maletas; y
esto durante 150 km.
Creo que RENFE debería pasar de una vez de la
teoría a la práctica. Sus diferentes unidades de negocio son independientes. A
ver para cuando el material pasa a ser el propio de cada servicio